El difícil camino de las mujeres que transforman la ciencia en innovación en Chile

La participación femenina en ciencia también es transformar resultados científicos en productos. Camino necesario para transformar al país en una economía y sociedad basada en el conocimiento.

Este 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Mujer en la Niña en la Ciencia. Fecha proclamada en 2015 por la Asamblea General de la ONU para lograr el acceso y participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas.

Según datos ONU, las mujeres representan uno de cada tres (33%) investigadores en el mundo.  Siguen siendo una minoría en tecnologías de la información digital, la informática, la física, las matemáticas y la ingeniería, campos que impulsan la actual revolución digital.

La persistente disparidad de género en las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) es el resultado de las numerosas barreras que enfrentan desde temprana edad. Un estudio en Chile de la U. Católica, en 2016 indicó que profesores de matemáticas en colegios suelen hacer preguntas más complejas a niños que a niñas. La frecuencia de consultas complejas a mujeres fue de 139, mientras que a hombres 238. En las intervenciones en el aula, en tanto, los niños mostraron una frecuencia de 353 intervenciones y las niñas 136. Conducta que influye en la autopercepción de habilidad matemática y posibilidad a futuro de considerar una carrera en esa línea.

Romper estereotipos y eliminar barreras para una participación en ciencia, también involucra que ellas transformen resultados científicos en innovación. Que sean mujeres innovadoras en ciencia y tecnología, y desarrollen las llamadas empresas de base científica tecnológica (EBCT). Sin embargo, aún hay brechas. Según indica el Segundo Estudio de Caracterización de los Emprendimientos de Base Científica-Tecnológica de Chile, de 2021 del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, siete de cada 10 equipos de EBCT son liderados por hombres y el 11% corresponde a equipos liderados por mujeres (3 de cada 10).

Emprendimiento científico tecnológico femenino

Jovanka Trebotich, coordinadora de innovación en Know Hub Chile, Know Hub Chilecorporación sin fines de lucro que articula los diversos actores del ecosistema de innovación nacional para transformar resultados de investigación en productos o servicios, es decir, en innovación, destaca que aún existen importantes frenos para el emprendimiento científico tecnológico femenino.

Trabas presentes en diferentes niveles. Trebotich, ejemplifica que la cantidad de horas que las mujeres pueden destinar a nuevos proyectos es mucho menor que el de los hombres, debido a que ellas tienen que encargarse de más tareas domésticas y/o de crianza que los hombres.

“Muchas sienten o tienen la percepción (errónea) que no tienen las capacidades suficientes para ser empresarias o llevar a cabo un emprendimiento. Otro nivel es que muchos ventures o capitalistas de riesgo, no confían tanto en empresas lideradas por mujeres ya que las consideran riesgosas y prefieren invertir en emprendimientos liderados por hombres”, indica.

¿Cómo es emprender desde la ciencia? “Muy difícil”, reconoce por Carolina Torres, ingeniero agrónomo, actualmente académica de la Universidad Estatal de Washington, EEUU, que desarrolló como investigadora de la Universidad de Talca, una fórmula con alta eficacia para prevenir el escaldado superficial, alteración fisiológica frecuente en manzanas y peras de exportación que produce manchas irregulares de color café solo en su superficie. Esta tecnología nacida en Chile contiene escualeno de origen vegetal, ya cuenta con varias patentes y ha sido probada y evaluada en ambientes relevantes, como en EEUU, con resultados positivos.

“Desde la academia no es muy fácil dedicarse intensamente, como es necesario la mayoría de las veces, para lograr que los resultados de investigación con merito comercial lleguen al mercado”, añade Torres, sobre un proceso que demanda tiempo entre carrera académica, la casa y los hijos, sino también por el conocimiento que se requiere de conocimientos comerciales para que la innovación logre ser exitosa.

Tal como lo muestran datos del INE, las mujeres que trabajan dedican en promedio 2,5 horas más a labores de cuidado o del hogar, que los hombres ocupados. Además, Mientras un 50,4% de las mujeres ocupadas declara que piensa bastante o mucho en las tareas domésticas y/o familiares mientras trabaja, en el caso de los hombres el porcentaje llega solo a un 33,0%, indica la Encuesta Bienestar Social 2021, Ministerio de Desarrollo Social y Familia, del 2021.

Es esa multiplicidad de demandas, lo que, en científicas e innovadoras se suma la academia y el emprendimiento, los que se interponen en su camino. “Al final se le exige (muchas veces auto-exigencia dado el contexto cultural) que haga todo bien y como se espera en la sociedad patriarcal en la que vivimos. Resolver este punto va a tomar generaciones”, dice Torres.

“Dedicarse al emprendimiento científico tecnológico ha sido la mayoría de las veces positivo. Considero que este ámbito ofrece un enorme potencial para resolver problemas del mundo real y mejorar la calidad de vida de las personas”, indica Silvana Herrera, diseñadora que creó de una tecnología (MOV) que mejora la autonomía de las personas con discapacidad visual, una banda sensorial que va detrás de la oreja y que a través de vibraciones advierte de la proximidad y ubicación de objetos, lo que les permite dejar de usar bastón y tener sus manos libres.

Sin embargo, Herrera reconoce que aún existen barreras. ¿Cuáles? “Los estereotipos de género, porque aún persiste la idea de que las mujeres son menos aptas para las carreras STEAM, la falta de referentes femeninos, hay pocas mujeres en posiciones de liderazgo en el sector científico-tecnológico, lo que dificulta que las niñas y jóvenes se visualicen en estos roles”.

Mayor participación

Aumentar la participación femenina en el ámbito del emprendimiento científico tecnológico entrega múltiples beneficios, señala Trebotich, como por ejemplo generar diversas perspectivas, “las mujeres tenemos formas de pensar diferentes de los hombres (los hombres son más concretos y las mujeres más estratégicas) y creamos unión en equipos de trabajo”.

Las mujeres que son parte de EBCT, quieren hacerlo son “porque son capaces y campeonas en su área”, dice Torres, quien destaca la impronta diferente a los hombres para llevar a cabo sus proyectos y liderar “importante en la sociedad actual y del futuro”.

A su vez, las ideas generadas por mujeres tienen un punto de vista único por sus vivencias. “Por ejemplo, la industria de la protección femenina ha ido cambiando al considerar investigadoras mujeres, porque los hombres no entienden tan bien como nosotras lo que pasa durante nuestra menstruación”.

Aumentar la participación femenina en el sector STEM es clave para la igualdad de género, agrega Herrera, “la participación de las mujeres en este sector es esencial para romper estereotipos y crear una sociedad más justa e igualitaria”.

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