Innovación para enfrentar emergencias

La semana pasada se publicó el informe elaborado por el Electric Power Research Institute (EPRI) solicitado por el Coordinador Eléctrico Nacional sobre el apagón del 25 de febrero, lo que vuelve a poner sobre la mesa una verdad incómoda, pero ineludible: solemos olvidar la fragilidad de nuestros sistemas críticos hasta que una crisis nos obliga a mirarla de frente. Y la resiliencia de ese sistema depende tanto de la infraestructura existente como de la capacidad de innovar constantemente.

Los cortes de electricidad no solo afectan a millones de hogares, sino que impactan de manera directa hospitales, comunicaciones, servicios de transporte y la seguridad de las personas. En este sentido, el análisis del evento no solo debe ser únicamente identificando las fallas técnicas y/o responsabilidades operativas, sino también cómo el país incorpora la innovación para prevenir, gestionar y responder a emergencias.

Sistemas de monitores basados en inteligencia artificial que detectan vulnerabilidades antes de que escalen, redes inteligentes capaces de redireccionar flujos de energía y aislar fallas, simuladores que permiten entrenar personal en escenarios críticos son ejemplos de cómo la innovación tecnológica nos ofrece herramientas para anticipar riesgos y mejorar su gestión.

Pero más allá de la tecnología, innovar también implica abrir espacios para que la academia y las startups aporten soluciones disruptivas a problemas que antes se consideraban inevitables. Emergencias como la del 25 de febrero, demuestran que no basta con reaccionar, nos obliga a replantearnos cuánto valor le damos a la innovación en infraestructura crítica y qué tanto estamos invirtiendo para prepararnos para lo impensado.

En esta línea, es necesario construir ecosistemas de innovación que integren ciencia, industria y Estado en torno a la seguridad y la resiliencia del país.

Las emergencias siempre estarán presentes; lo que cambia es nuestra capacidad de enfrentarlas. El verdadero desafío no radica en evitar lo inevitable, sino en estar preparados para que su impacto sea menor y la recuperación sea más rápida. En este sentido, innovar deja de ser una alternativa: se convierte en un imperativo. Solo a través de la innovación podremos asegurar la continuidad y la seguridad de los servicios esenciales que sostienen nuestra vida en sociedad.

Fernanda Maldonado
Gestora de Alianzas Estratégicas Know Hub Chile

Medio: El Pinguino