MATÍAS MOYA, DIRECTOR EJECUTIVO DE PHOTIO: “KNOW HUB TIENE UN MODELO DE ACOMPAÑAMIENTO QUE ES DIFÍCIL ENCONTRAR EN EL ECOSISTEMA”

PORTAFOLIO KNOW HUB

+ Noticias

MATÍAS MOYA, DIRECTOR EJECUTIVO DE PHOTIO: “KNOW HUB TIENE UN MODELO DE ACOMPAÑAMIENTO QUE ES DIFÍCIL ENCONTRAR EN EL ECOSISTEMA”

Photio, ganador de Know Hub Ignition 2020, sumó un nuevo reconocimiento como el Mejor EBCT Chileno en la VI versión de los Premios de Transferencia Tecnológica que entrega el Ministerio de Ciencia, Corfo y la RedGT. “Este premio también es para Know Hub, parte importante para dar el salto inicial de pasar del laboratorio a la parte comercial”, resalta Matías Moya.

Photio en Premios de Transferencia Tecnológica

 

En 1871, el neumólogo italiano Achille Visconti acuñó el término silicosis para referirse a la enfermedad producida por inhalar polvo de sílice, cristal presente en rocas, suelo, arena y en materiales como el hormigón, concreto, cemento, entre otros. La peligrosa enfermedad pulmonar fue por siglos una de las principales causas de muerte en trabajadores de la minería en el mundo. Y Chile no era la excepción: durante el siglo XIX y principios del XX la mortalidad entre los mineros del carbón por esa causa era altísima.

Lamentablemente la enfermedad está lejos de ser un asunto del pasado. Pese a los avances de la medicina, es incurable.

En Chile, la silicosis es un problema de salud pública por ser incurable y progresiva. Un estudio publicado en 2015 en la Revista Chilena de Enfermedades Respiratorias estimó en 440.801 los trabajadores potencialmente expuestos a ella, y resaltó además que aquellos que están bajo vigilancia médica son menos del 10% de los estimados potenciales.

En minería la contaminación del aire es una problemática compleja. El polvo y gases respirables suspendidos en esos ambientes contienen partículas muy finas que al inhalarse pueden llegar al tejido pulmonar. Como resultado hay riesgo no solo de silicosis, también de otras enfermedades de neumoconiosis (pulmón polvoroso), como la asbestosis (inhalación de fibras de asbesto), que pueden producir disfunción, discapacidad, cáncer y muerte prematura.

Árboles en las minas

Reducir la exposición de contaminantes respirables en minería disminuye directamente el riesgo de presentar enfermedades pulmonares en las personas que trabajan en ella. Por ello, encontrar soluciones es muy urgente.

Esa fue la motivación en 2017 para dos jóvenes chilenos, Matías Moya y Jaime Rovegno, ambos ingenieros civiles en minas, que estudiaban en el Laboratorio de Innovación para la Minería y Metalurgia (LIMM) de la Universidad de Chile, y anhelaban encontrar un modo de reducir el peligro del aire contaminado en actividades mineras. Al equipo posteriormente se sumó Constanza Escobar, ingeniera civil química de la Universidad de Chile. Los tres venían del mundo de la minería y eran conscientes de la magnitud del problema.

Equipo Photio

“El problema de la contaminación en minería es el escenario más hostil de la contaminación, no solo de polvo, también de gases, es un problema muy amplio. Buscábamos resolverlo de alguna manera innovadora que fuera fácil de implementar. Queríamos emprender e impactar en la sociedad. No sabíamos cómo, ni si era factible, pero queríamos que se pudiera implementar de manera fácil y práctica”, cuenta Moya.

Plantar árboles o arbustos en las minas fue una de sus primeras ideas. Así se podría aprovechar el proceso natural de fotosíntesis que absorbe pequeñas partículas y gases en suspensión. “Pero nos dimos cuenta rápidamente que no era viable”, dice Moya. Sin embargo, esa primera aproximación los inspiró a buscar cómo replicar el proceso natural y poder dar esos beneficios a espacios como la minería.

El siguiente paso fue buscar una solución a través de la nanotecnología. El área no era la especialización del equipo, “pero ahora somos expertos”, indica Moya. Aprendieron e investigaron qué eran las nanopartículas y cómo funcionaban en la práctica, hasta aplicar esa tecnología en el problema que buscaban resolver.

En 2020, se dedicaron a experimentar y probar sus hallazgos con diferentes contaminantes. Proceso de prueba y error, que realizaban en sus casas, sin apuro. “Éramos consultores en minería y después del trabajo nos dedicamos a esto, que fue lo mejor porque no tuvimos la presión de generar un sueldo y nos dimos los tiempos para llegar a un desarrollo”, destaca Moya sobre el trabajo que permitió la formulación del complejo de nanopartículas que llamaron Photio.

“Nosotros no queríamos competir con los árboles, lo que nosotros queríamos era captar los gases contaminantes y aprovechar la radiación solar para eso. Y lo logramos”, señala Moya.

En un escenario de aplicación en minería primero idearon utilizar el aditivo para elaborar láminas y así revestir distintas superficies. Luego se plantearon separar el principio activo para que tuviera una aplicación mucho más flexible. “Pensamos en aplicarlo en una pintura y sacarla al mercado. Pero nos dimos cuenta de que necesitábamos inversiones súper altas, además que las personas eligen las pinturas simplemente por el color y no por sus propiedades. Teníamos que realizar una paleta de colores gigantesca y lo que tendríamos era una pintura descontaminante”, cuenta.

Ahí fue cuando se plantearon que debía existir una manera más fácil. En vez de abrir una nueva línea de productos, tendrían un aditivo. “Independiente de la pintura, esto la transforma en una pintura descontaminante. Ahí partió el primer producto comercial, que fue un aditivo para pintura y en paralelo se puede replicar ese mismo modelo con diferentes materiales como el hormigón, el asfalto o para transformar el cuero sintético. Hay millones de opciones donde se puede aplicar para transformarlos en materiales o superficies inteligentes que sean capaces de generar un impacto positivo en el medio ambiente”.

Las superficies pintadas o recubiertas con Photio y que son expuestas a radiación solar – natural o artificial- son capaces de descomponer gases contaminantes, como el dióxido de carbono y el metano, transformándolos en compuestos inertes (proceso fotoquímico).

Es capaz además de degradar gases de efecto invernadero y emisiones locales en tiempos de reacción reducidos. Un metro cuadrado pintado con este aditivo equivale a la descontaminación que realizan dos árboles mediante fotosíntesis.

Mural pintado con Photio

 

Validación y comercialización

Luego de dos años desarrollando la tecnología venía el paso de la validación, “y faltaba la parte más emocionante y difícil, la parte comercial”, señala Moya.

En 2020, Photio participó en Know Hub Ignition, y fue una de las EBCT ganadoras. “Lo que estábamos buscando era hacer el link entre la parte de desarrollo y la parte comercial, entre la parte científica y comercial. Después de dos años de desarrollo estábamos bien metidos en lo que era I+D, pero teníamos todavía una especie de lejanía con la parte comercial”, comenta.

En Know Hub Ignition tomaron contacto comercial con clientes, y eso, añade, les sirvió mucho. “Nos ayudó a entender qué buscaban los clientes, saber explicar la tecnología en simple y acércanos inmediatamente a un mercado gigante como el norteamericano, porque había mentores internacionales, mentores con los cuales aún seguimos en contactos y gracias a ellos estamos haciendo varias certificaciones en Estados Unidos. La Universidad de California Riverside, socio estratégico de Know Hub, es ahora nuestro socio estratégico en Estados Unidos”, resalta Moya.

Para el equipo de Photio, Know Hub Ignition fue la ayuda que les permitió validar la tecnología en el mercado, contar con el respaldo legal y de propiedad intelectual que necesitaban para avanzar. Un proceso de múltiples reconocimientos al que sumaron recientemente el premio mejor EBCT chileno en la VI versión de los Premios de Transferencia Tecnológica, que entrega el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y la Red de Gestores Tecnológicos de Chile (RedGT). “Este premio también es para Know Hub, parte importante para dar el salto inicial de pasar del laboratorio a la parte comercial, vender”, dice Moya.

“Know Hub tiene un modelo de acompañamiento que en la práctica es difícil de encontrar en el ecosistema. Fue un socio estratégico súper relevante, y eso es lo que uno como emprendedor anda buscando, compañía y una visión más completa. Muchas incubadoras se quedan con el hecho de entregar el fondo y administrarlo y nada más, en una reunión una vez al mes para ver qué está bien o está mal. En cambio, Know Hub era una persona más dentro del equipo, que si nos faltaba un documento legal nos decían: ´veámoslo juntos´. Es un trabajo super colaborativo y se ha extendido en el tiempo”.

El director ejecutivo de Photio resalta cómo Know Hub valora el conocimiento del emprendedor y sabe que debe ser potenciado. “Te acompañan, te aconsejan, son muy empáticos y uno como emprendedor valora mucho eso. Chile tiene muchos fondos dependiendo de la estructura del desarrollo, fondos no faltan, lo que faltan son socios estratégicos que realmente te sirvan para crecer dependiendo de la etapa en que tú estás, y eso hace Know Hub”.

Conoce más de Photio: